Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Son infinitos los celos
Que me despierta la calma que te penetra
Y posee cuando yaces
Dormida...
Tus labios veniales
Tus ojos mortales
Tu cuerpo desnudo, entero, abatido
Entregado a su merced
En ese momento
Cuando la belleza de la muerte
Mana de tu anatomía
Cada poro de tu piel, cada estigma
Me revela todos mis miembros
Uno a uno, y me invita a traspasarte
Como traspasa la luz el cristal purismo
Sin romperlo ni mancharlo
Para que nunca despiertes
Y así ser
Tu sueño eterno