Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Tu sed transustancia mi sudor
En vino que bebemos en cada beso
Tus pies no se hunden
En los lagos de mis lágrimas
Tu saliva siembra la luz
En la noche de mis ojos
Tu voz resucita mis músculos dormidos
Mis latidos sepultados
Tus manos, cuando me tocan, curan
Mis heridas más invisibles
Tu hambre fecunda peces
Que se multiplican como deseos de humedad
En el múltiple pan de mi cuerpo
Cada vez que me amas
Es un milagro