Al Museo de Sevilla
Iba a diario Juan Miguel
A copiar las maravillas
De Murillo y Rafael
Y por las tardes, como una rosa
De los jardines que hay a la entrá
Pintaba a Trini pura y hermosa
Como si fuera la Inmaculá
Y decía el chavalillo:
—Pa qué voy a entrar ahí
Si es la Virgen de Murillo
La que tengo frente a mí
Triniá, mi Triniá
La de la Puerta Real
Carita de nazarena
Con la Virgen Macarena
Yo te tengo compará;
Algo tu vida envenena
Qué tienes en la mirá
Que no me pareces buena
Triniá, ay Trini, mi Trini, —ay— Triniá
El museo sevillano
Un mal día visitó
Un banquero americano
Que de Trini se prendó
Y con el brillo de los diamantes
La sevillana quedó cegá
Y entre los brazos de aquel amante
Huyó de España la Triniá
Y ante el cuadro no acabado
Así decía el pintor:
—Tú me has hecho un desgraciado
Sin ti qué voy a hacer yo