Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Enrique Morente
Como la noche interminable
Cuando se apoyaban en los enfermos
Y hay barcos que buscan terminar
Para poder irse tranquilos
Si cada aldea tuviera una sirena
Mi corazón tendría
La forma de un zapato
Y las hierbas, espera. las hierbas!, espera
No solloces. Silencio, que no nos sientan, que no nos sientan
Tengo un guante de mercurio y otro de seda, y otro de seda
Se cayeron las estatuas
Al abrirse la gran puerta
Yo me cortaré la mano, me cortaré la mano derecha
Tengo un guante de mercurio, de mercurio y otro de seda
Se cayeron las estatuas ay que y al abrirse la gran puerta
Y al abrirse la gran puerta
Aqueos los golpes
Aqueos por Dios
Que se le arrancan de fatiga
Las alas a mi corazón
No solloces. Silencio, que no nos sientan, que no nos sientan
Tengo un guante de mercurio y otro de seda, y otro de seda
Se cayeron las estatuas
Al abrirse la gran puerta
¡Las hierbas!
¡Las Hierbas!
¡Las Hierbas!
Tú vienes vendiendo flores
Tú vienes vendiendo flores
Las tuyas son amarillas
Las mías de "tos" colores
No solloces. Silencio. Silencio, que no nos sientan
Se cayeron las estatuas
Al abrirse la gran puerta
Poema original de LORCA
Las hierbas
Yo me cortaré la mano derecha
Espera
Las hierbas
Tengo un guante de mercurio y otro de seda
Espera
¡Las hierbas!
No solloces. Silencio, que no nos sientan
Espera
¡Las hierbas!
Se cayeron las estatuas
Al abrirse la gran puerta
¡Las hierbaaas!