Parte 1:
Estaban preparados, para la fugaz resurrección
Y solo hayaron un montón de huesos afinados
Ardió toda su euforia sin haber tenido la ocasión
De constatar que todo había sido un engaño
Ya no existía su Dios
El fuego que te envuelve, con su aliento abrasador
Rompió todos sus sueños, y cumplieron la misión
De replicar piedad, incendiando sus cuerpos desnudos
Convirtieron su templo frío y oscuro
En una bola de gas
Amanecieron calcinados, nadie les vino a rescatar
No contemplaron visos de milagro
Ni las promesas llegaron al mar
Vieron sus vidas aferrados
A una mentira demencial
Y sus cenizas se hunden en el barro
No hubo principio después del final
Cada vez más cerca de olvidar
Todos esos crimenes, sois los asesinos
De intenciones de moral
Presumiendo ser los elejidos
Pesen todas esas muertes sobre su conciencia
Obliguemosles a presenciar su propia decadencia
Es la religión quien construyó sus ataudes
Siglos de opulencia, vidas que se pudren
No esty dispuesto a negociar
Creyeron ver las señales
Mirando al humo que les asfixió
Amanecieron calcinados, nadie les vino a rescatar
No contemplaron visos de milagro
Ni las promesas llegaron al mar
Vieron sus vidas aferrados
A una mentira demencial
Y sus cenizas se hunden en el barro
No hubo principio después del final
Aaaaal, aaaaal, aaaaal
No hubo principio después del finaaaaal
Parte 2:
Nunca seremos los mismos, he tardado en darme cuenta
Hoy recuerdo nuestros días en la casa de madera
Cuando todo era importante y aprendiamos a ciegas
Escribiendo en las paredes y contando las estrellas
Sólo pensando en vivir
Recordando los secretos de la casa de madera
Cuando aún eramos pequeños y existir era una fiesta
No temiamos al mundo ni adorabamos banderas
Eramos como dos luces alumbrando entre la niebla
Y jugando a hacernos fuertes, o a decapitar princesas
Aprendimos a vivir
Recordando los secretos de la casa de madera
Cuando aún eramos pequeños y existir era una fiesta
No temiamos al mundo ni adorabamos banderas
Eramos como dos luces alumbrando entre la niebla
Y jugando a hacernos fuertes, o a decapitar princesas
Aprendimos a vivir