Una voz de mi corazon
Que en mi boca se hace viento
Me dice que el sueño empieza al despertar...
Cantare
Para renacer
Sere un brote en el desierto...
Luna nueva y una pena que se va
Y la verdad del alma asomara
Si las cosas no salen como uno quisiera
Y desespera tu alma entera
Si hay piedras, viento
Y en contra te juegan
Si el mundo parece una hoguera
Si tu vida es como un desierto
Una pesadilla que sueñas despierto
Si rompiste el timon en mar abierto
Hay algo que tienes que entender
Aprender
Si te lo propones lo compones
Si buscas a un amigo aparecen soluciones
Mirando a los ojos no hay razones
Ni sermones
Que silencien iluciones
Gritando a los cuatro vientos
Llevando un mensaje de paz y de aliento
Dibujando un mundo nuevo
Sin fronteras
Sin guerras
Y sin miedos
Una voz de mi corazon
Que en mi boca se hace viento...
Me dice que el sueño empieza al despertar...
Cantare para renacer
Sere un brote en el desierto
Luna nueva y una pena que se va...
Con el sol llegara hasta ti
Esperanza y todo el cielo para compartir...
La verdad del alma asomara
Hace que tu grito se escuche bien fuerte
No bajes los brazos
Abraza el presente
Quien siente la conexion con su gente
Camina derecho, bien alta la frente
No te dejes llevar por comentarios
Que nublan tu vision
Son secundarios
Y a diario
Abri tu ventana
Si respiras hondo
Las heridas sanan
El aire puro mueve tus instintos
Hace que tu rostro se vea distinto
Con los brazos abiertos busca el cariño
Ese amor que deseaste desde niño
Comparti tus emociones
Son la causa de que siempre hayan nuevas canciones
Ellas curan cicatricez
Y te muestran que alfinal podremos ser felices
Una voz de mi corazon
Que en mi boca se hace viento...
Me dice que el sueño empieza al despertar...
Cantare para renacer sere un brote en el desierto
Luna nueva y una pena que se va
Una voz en mi corazon (Mirando a los ojos no hay razones)
Una voz en mi corazon (Ni sermones que silencien iluciones)
Una voz en mi corazon (Gritando a los cuatro vientos)
Una voz en mi corazon (Llevando un mensaje de paz y de aliento)
Y la verdad del alma asomara...