Érase un hombre pegado a una flauta
Con un solo pie para andar
Día tras día buscaba una esquina
Y la convertía en hogar
Con un cartel extendido a sus pies
Donde habla de la soledad
Érase un hombre de pocas palabras
Vestido con un viejo frac
No serás nunca el flautista de Hamelín
No irán los niños, ni las ratas tras de ti
Era la flauta de un hueso sacada
Parecía de marfil
Con una fecha en la punta grabada
De algo que habla de Madrid
De alguna apuesta al bajar del tranvía
Y un hombre a punto de morir
De aquella pierna tirada en la vía
Que ahora suena para ti
Fue con su pierna feliz bajo el brazo
Al salir del hospital
No consintieron en ser separados
La querían enterrar
Con una sierra cortó aquel pedazo
Que pudiera trabajar
Lo fue puliendo con mucho cuidado
Hasta hacerle al fin sonar