“Estocolmo” trae consigo una intrigante dualidad en su narrativa, sugiriendo un doble sentido que ilustra la ambigüedad emocional de la relación. El narrador, en sus reflexiones, oscila entre querer retener a su pareja y la necesidad interna de liberarse. La puerta abierta se convierte en una metáfo...
Día 125: Ya no escucho tus peros
No escucho tus gritos ni tus lloriqueos
Me escribes poemas y a veces los leo
Porque sé que te tengo, pero no sé si te quiero
Ya no puedes ver la diferencia
Entre la maldad y la paciencia
Esto no tiene ciencia, pero tiene efecto
Cambié mis excusas por ser más directo
Tú no te irás de aquí, ni yo me iré de ti
Son cosas a veces quе te suelo decir
Pеro no entiendo como puedes aún mirarme así
Y a pesar de todo sigas solo confiando en mi
Sé que estoy mal, pero es lo que debo hacer
Me reconforta la soledad el tocar tu piel
¿Cómo te explico que siempre te quiero ver
Imaginando algo que no va a ser?
Día 420 y la puerta está abierta
Pero ni siquiera huyes tan solo te entercas
Yo por otro lado, solo empiezo a pensar
En lo mucho que te afecta cuando no estamos cerca
Ya no sé ni lo que quiero, solo no te vayas
Aunque a veces eso quiero, tú algo nuevo hallas
Maldita condena que me acompaña
Pues me acostumbre a tenerte y a quererte nada
No, no, no
No, no, no
No te vayas
No, no, no
No, no, no
No te vayas
No, no, no
No, no, no
No te vayas
No, no, no
No, no, no
No te vayas
No, no, no
No, no, no
No te vayas
No, no, no
No, no, no
No te vayas
Sabes que no debes, pero sigues aquí
Tú eres esa diferencia que jamás viví
Ya no pienso en los días solo por pensar en ti
Pero no como quisiera sino en que te hago sentir
No, no, no
No, no, no
No te vayas
No, no, no
No, no, no
No te vayas
Ya no pienso en los días solo por pensar en ti
Pero no como quisiera sino en que te hago sentir
En lo que te hago sentir
Sino en que te hago sentir
En lo que te hago sentir