Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Luis Eduardo Aute
Puede que esto de vivir
Consista en disfrazarse de veleta y de girar
Según qué viento
Y de celebrar el triunfo
De las estrategias sobre la caducidad
Del sentimiento
Y de coronar las cumbres
Más resplandecientes donde el águila
Es experta en alpinismo
Y de especular con el honor
Como la causa justa más preciada
Del mejor cinismo...
Calma, corazón, calma, corazón, sabes bien
Que la única razón que aún asumo
Es la improcedente sinrazón
De amar y amar y amar...
Y sólo amar
El resto es humo
Déjales que invadan
Los vacíos que dejaron los santones
Preocupada que ocupaban los altares
Que defiendan la casualidad
Como principio frente a la causalidad
De los azares
Que se lleguen las barrigas
Con el fruto que comieron, insaciablemente
En otros huertos...
Que levanten podios a sí mismos
Sobre el mármol que sepulta
Su currículum de muertos
Míralos matarse con las armas
Más sutiles con el fin de hacerse
Con una medalla
Que persistan en su empeño
De pensar que sólo con fortuna y con poder
Darán la talla
Que fabriquen aspas de molino
Que defiendan al gigante
Contra el aire del ensueño
Que produzcan monstruos pertrechados
De razones que jamás admitan
Que la vida es sueño