Para qué contar el cuento
De mis días y mi enferma tos
De cafés sin gusto, sin razón
De los fríos que llegaron sin tu abrigo
Nuca es tarde, siempre es tarde
Ya no hay nada que se pueda hacer
Desde antes y ahora después
Para aliviar de mi pecho el sufrimiento
No más ríos para patinar
Para fugarse de este mar
De ahogo cotidiano donde estoy
Sólo la aburrida espera
Para un final ya conocido
Para el infierno tan temido
Para el día en que el recuerdo muera al fin
Y el ruido que hace tictac
Ya no sirve ni para marcar
Los minutos que pasaron desde ayer
No más ríos para patinar
Para fugarse de este mar
De ahogo cotidiano donde estoy