Cecilio Acosta (apologíoa del neón para tenor)

Fuí por un momento Ordoñez de Villaquirán
Con el cadejo a mis pies y un ramillete de estramonio en la mano
Con el vaho de la bestia dibujé
En los cristales sucios de cada iglesia que encontré

Y en Cecilio Acosta desafié los uróboros otra vez
Rota la cúpula que nos cegaba en ambiciones

Voy caminando descalzo por el lago
Escondiendo diamantes en las olas
Y declaro este cielo un engaño
Mastico las flores de tu altar

Y en Cecilio Acosta olvidé
Tu maldito nombre
Con agua de ramblas borré
El reminiscente perfume que rehusaba dejar mi piel

Y en Cecilio Acosta decoré tu ausencia otra vez