Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Teresa Parodi
Allá en mi pueblo la tarde es azul, transparente
Tiene un silencio largo, extendido y sin embargo
Se escucha todo en detalle, a veces pareciera
Tener sonoridades como de infinitos cristales
Cayéndose, rozándose, rompiéndose por todas partes
Como una llovizna o como una música
Allá a lo lejos se escucha un canto
Chamamecero junto al arroyo
Un musiquero medio inclinado en el acordeón
Se busca el alma en el instrumento
Bien estirado junto a su pecho
Y por el monte silbando un ave vuela hacia el sol
Con su tinaja de barro y luna
La noche viene por la espesura
Y como un cirio al lucero enciende
Su llama antigua en el arrebol
Tras la ventana de una casona
Hay una anciana rezando a solas
Su novenario mientras los niños
Le cantan rondas alrededor
Por las lagunas los teru teru
Y acaso un duende chamamecero
Le está encendiendo todos los brillos al pedregal
Una guitarra de pescadores
Busca la orilla en los albardones
Y un grillo chilla desafinado en el arenal
Medio achispado con guaripola
Viene un paisano por el sendero
Y entreverado con los jilgueros
Recién nacidos quiere cantar
Se le atraviesa una garza mora
Revoloteando por las totoras
Entre los últimos benteveos
Atardecidos que ya se van
Cómo me gusta mirar la tarde
Desenredándose en los palmares
Con la fragancia inocente y pura
Que trae el viento del naranjal
Qué lindo suena en el entrevero
De las chicharras y los jilgueros
El canto manso y chamamecero
De los paisanos de mi lugar